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"...tienen algo en común: el amor incondicional por las palabras..." (Soledad Serrano)

martes, 10 de mayo de 2011

PRÓLOGO PARA UNOS SIDECARISTAS (por SOLEDAD SERRANO)


 ¿Para qué sirve una antología? Querido lector, apañado vas si te haces esta pregunta. Una antología es un misterio y como todo misterio no tiene explicación. Un buen ejercicio de lectura te demostrará que la tan cacareada “generación del 27” con sus innumerables antologías o la no menos ensalzada “generación del 98” con sus tropecientas publicaciones, son sólo una muestra de amigos que un día se reunieron y decidieron publicar juntos aunque nada tengan que ver los unos con los otros.

Bien, una vez dicho esto, vamos a tratar de ver si tiene alguna ventaja esta idea peregrina. Yo le veo varias. Por ejemplo, si un poeta no te gusta vas, cambias de página y te encuentras a uno que sí. Si te has comprado las obras completas de un señor no puedes hacer eso, te tienes que tragar sus 100 páginas.

Si estás triste puedes escoger entre toda esta panda de motoristas con carné y con puntos aquél que te alegre la vida, aunque sólo sea unos minutos.

Si estás alegre, con la que está cayendo en el mundo, mira que eres optimista, pues pasas las páginas y ya verás como alguno te hace pensar y se te acaba la risita tonta.

Aunque la moto con sidecar no dé para más allá de tres plazas, este grupo, que debería haber elegido un autobús como símbolo, ha comenzado su circulación por una autopista madrileña que se llama Libertad 8. Los que sean mayorcitos habrán circulado por ella para hablar, escuchar, tomar un “Cuba-libre”, ser detenidos, pasar la nochecita de copas en el calabozo y otras lindezas. Como casi todos saben ya, es un antiguo café de “progres” con tradición, solera y costumbre de colocar en su pequeño escenario lo mejor de lo mejor. Allí recitaron en varias sesiones los poetas de esta antología sin que nadie les pusiera unas esposas ni les diera un disgusto: La sala abarrotada, las copas yendo y viniendo —qué bien se llevan el vino y la poesía. Allí surgió la idea de este libro.

Querido lector te vas a encontrar con autores premiados y con obra publicada y autores que “ni una línea”, lo cual no significa que sean mejores unos que otros, son tan distintos, que yo, que tengo que hacer el prólogo, no sé qué decir de un grupo que no tiene nada que ver y, ya se sabe, que los que hacen prólogos tienen que hablar de cosas serias, de estilos comunes, de florituras que los definen expresamente durante varias páginas para tratar de hacer comprender al lector que lo importante es el prólogo y no lo que sigue después...

Pero ahora que lo pienso quizá sí tienen algo en común: el amor incondicional por las palabras, la pasión, esa pasión incomprensible para quien no ejerce este viejo oficio de acuñador de letras, que consiste en poner en un papel, con norma o sin ella, tu ira, tu pena, tus ganas de cambiar el mundo, tu esperanza de hallar una gota de belleza en un mundo que la ha olvidado…

Yo les debo a cada uno de ellos momentos tan inolvidables que no puedo dejar de decirte que los leas, que los ames, que sus voces no te dejen indiferente, que te dejes impregnar por esas preguntas que todos ellos, esta vez sí, todos, llevan dentro aunque nadie haya logrado encontrar la respuesta: ¿para qué y por qué?

(Soledad Serrano. Prólogo a la Antología Poesía en Sidecar 2011)